Etapas progresión Guías
Las etapas de progresión son cuatro, sus nombres tienen un sentido simbólico y sus insignias se entregan por el Consejo de Compañía a proposición de la guiadora a cargo del seguimiento de la progresión, con bastante flexibilidad según las realidades personales, de acuerdo a los siguientes criterios generales:
Alba
Al iniciar nuestro viaje en torno a lo natural, el camino impone la primera luz del día y ésta nos invita a descubrir los nuevos desafíos del rumbo que decidimos emprender; al asomarse los primeros destellos del sol por la cordillera, el hermoso cielo nos convoca a soñar con el futuro de ser parte de este mundo de aventuras.
En el alba, la nueva guía que forma parte de la Compañía, se reconoce a sí misma y a las demás dentro de su nueva familia, observa a otras como ella y conoce nuevos territorios para descubrir y explorar. Se entrega cuando una guía comienza a interactuar con los objetivos correspondientes a las edades 11 a 13 años, según la edad de ingreso y dependiendo del número de objetivos que se consideren logrados con anterioridad, como se desprende de lo que se señala para la etapa siguiente
Amanecer
Cuando el sol ya se ha asomado por la cordillera el amanecer nos muestra que nuestro viaje ya ha empezado. Conocemos cuál será la ruta que decidimos seguir; el cielo se ha iluminado para ofrecernos mayores posibilidades, vemos más claro nuestro rumbo y nuestra brújula nos orienta. Nos reconocemos y somos parte de un grupo de amigas, es ahora cuando nuestra senda se ensancha y sabemos claramente por dónde iremos junto a ellas para obtener los propósitos que nos hemos fijado juntas.
Se entrega cuando una guía ha alcanzado aproximadamente la mitad de los objetivos para las edades 11 a 13 años. Esto puede ocurrir antes de su ingreso –en cuyo caso inicia la progresión en esta etapa– o después de un tiempo de permanencia en la Compañía y en la etapa anterior.
Luz
Ya con el sol instalado en lo alto del cielo azul, hemos alcanzado un punto vital en nuestro viaje, la ruta se hace más amigable porque ya poseemos la visibilidad que nos ofrece una exploración más eficaz. La luz nos ha permitido reconocer y vivir, tanto el camino que hemos dejado atrás, como el que viene por delante; podemos seguir con la seguridad que nos ofrece la experiencia ganada, que no estamos solas en esto, con nuestras amigas nos ayudamos a crecer y aprender unas de otras, con nuestras propias metas, en nuestro propio andar, vamos marcando el sendero para quienes vienen atrás.
Se entrega desde que la guía ha alcanzado la totalidad o poco menos de los objetivos personales para las edades 11 a 13 años y comienza a explorar los objetivos propuestos para las edades de 13 a 15 años. Al igual que en el caso anterior, esto puede haber ocurrido antes de su ingreso, con lo cual, terminado el período introductorio, iniciará su progresión en esta etapa.
Resplandor
Hemos recorrido gran parte del sendero, pero aún queda un tramo por alcanzar, con el sol ya brillando fuerte sobre nuestros hombros, nuestra aventura se hace más intensa. El resplandor nos ayuda a visualizar el sendero y nos ayuda a todas a avanzar y marcar nuestra propia senda; hemos construido amistades para la vida con quienes vivimos esta travesía. Vivimos todo este camino, llenando nuestra mochila de herramientas y experiencias. Es el momento de dejar el legado de amor y compromiso que tomamos al partir el ruedo del sol, nos despedimos de la montaña y su sendero, para seguir estando por siempre listas, avanzando siempre adelante, hoy, mañana y siempre. Se entrega en el momento en que la guía ha logrado desarrollar con éxito aproximadamente la mitad de los objetivos personales para las edades 13 a 15 años. Aunque es menos frecuente que al momento de su ingreso las niñas comiencen en esta etapa, ello podría ocurrir si en el período introductorio, atendiendo también a su edad, se considera que la niña ha logrado el número de objetivos antes mencionado.